29 de diciembre de 2009

El año del mejillón


En 2009 nos salió un competidor, un …joputa nos acribilló a comentarios, Urdaci nos espantó con su atuendo de Tintín y proclamamos en voz alta nuestro Orgullo Menstrual. Queridos y numerosos fans: muchos recordaréis este año como aquel en el que el molusco suicida dejó las pegatinas. Pero han pasado muchas otras cosas en El Año del Mejillón.

ENERO: El año empieza mal para los mejillones, que se desayunan con la noticia de que las niñas prefieren jugar a las cocinitas según unos científicos de nosedónde. El mes acabaría peor. Un domingo cualquiera nos pilla despistados y nos comemos a Alfredo Urdaci disfrazado de Tintín. Pudo haberse evitado.

FEBRERO: Los travestis, vetados en el ejército por no tener huevos… Entramos en el segundo mes del año y no hay mejores noticias. Menos mal que Esperanza Aguirre y sus poses nos alegran el día y nos enseña la Oración del Espía

Tres cabecitas tiene mi trama
Y unos espías que los destapan
Correa, Rata y Albondiguilla
Os doy la adjudicación a cambio de unas pesetillas
Amén

… Y Virginie Despentes nos alumbra con un invento, que bautizamos con copyright como “el cortapichas”:

“Resulta sorprendente que en 2006, mientras que todo el mundo se pasea con minúsculos ordenadores portátiles, con cámaras de fotos, teléfonos, agendas y aparatos de música en el bolsillo, no exista todavía un solo objeto que podamos meternos en el coño cuando salimos a dar una vuelta y que cortaría en pedazos la polla del primer idiota que quisiera entrar sin permiso”. (Teoría King Kong, Virgine Despentes, páginas 42 y 43).

MARZO: En marzo el Mejillón se pone católico. No podía ser menos, después de ver la cola del Cristo. Menos mal que Rouco nos devuelve al camino del anticlericalismo con su campaña de los linces. También ese mes, acuciados por la subida del pan y nuestro sueldo congelado, nos ofrecemos para espiar a Gallardón.

ABRIL: Nos iniciamos en el Periodismo serio y lanzamos la primera de nuestras tres espectaculares portadas de Ostras.

MAYO: Extasiados por las elecciones, los mejillones nos damos a la cartelería con varias propuestas creativas para las Europeas, mientras seguimos la aventura periodística en nuestra publicación Ostras.

JUNIO Y JULIO: El Mejillón se obsesiona con la regla y muestra su orgullo sangrar por el coño… Con tanto ajetreo se nos olvida hacer carteles, portadas de Ostras y hasta postear. Un día un pensamiento fugaz cruza la mente del Mejillón: “Pero… ¿no hacíamos pegatinas?”.

AGOSTO: Se nos enternece el músculo con un fan que nos envía una pegatina, un plagio infame que nos hace saltar las lagrimillas y nos recuerda de dónde veníamos. ¡Gracias!

SEPTIEMBRE Y OCTUBRE: Los toros, los políticos y el trabajo nos devuelven a la realidad, el circo de Madrid con sus muchos payasos.

NOVIEMBRE: El Mejillón conoce a Raúl y, de repente, el circo de Espe ya no tiene ni puta gracia.

DICIEMBRE: El ‘caso Hermann Tertsch’ nos devuelve al Periodismo serio que ya acariciáramos con Ostras. El Mejillón lanza un comunicado URGENTÍSIMO en apoyo del periodista que no tardaría en encontrar su eco entre lo más granado de la Red.

¿Feliz 2010?

10 de diciembre de 2009

¡Que levante la mano quien sea fan del mejillón!



Tu, anónimo, no hace falta que levantes nada, ya sabemos que eres impotente mental...No vuelvas por aquí. O si lo haces, medícate antes, que los niños que te lean van a tomar mal ejemplo de tus desvaríos.

Y si puedes, búscate un hobby más de tu nivel intelectual.

8 de diciembre de 2009

Comunicado del EMS: Hermann Tertsch



COMUNICADO URGENTE DEL EMS

El Mejillón Suicida quiere por la presente mostrar su apoyo al periodista Hermann Tertsch, primero insultado en la tele y luego pateado en el culo.

Como ya explicamos con anterioridad, EMS se declara amigo de Hermann Tertsch toda vez que se encuentra entre las personas que alegran nuestras noches frías al albur de sus profundas reflexiones, entre ellas: “Si pudiera matar a quince o veinte miembros de Al Qaeda por liberar a nuestros tres compatriotas lo haría”.

EMS quiere mostrar su comprensión ya que el propio Mejillón sería capaz de cocer un centenar de almejas si con ello liberara de la opresión a sus compatriotas moluscos.

De todos es conocida la gallardía de Hermann Tertsch, la solidez de sus argumentos, su habilidad con el autocue y esa relación paternopatriarcal tan admirable con su compañera.




Por ello:

Mostramos públicamente nuestro rechazo a todas las personas que dan patadas por detrás y queremos recordar que las patadas han de darse de frente.

Pedimos responsabilidades políticas al presentador de la ceja que tan impunemente ha mancillado la honorabilidad Hermann.

Además, exigimos que se investigue la implicación de Gran Wyoming como posible autor intelectual e incluso material de estos hechos.

¡NI UNA PATADA EN EL CULO A HERMANN SIN RESPUESTA!

(Amén)

3 de diciembre de 2009

Miserables



Los chicos de la imagen ni se inmutaron al ver a un anciana de pie. Lejos de avergonzarse, al hacerles la foto, saludaron a la cámara. Todo es normal, todo es guay. Genial, no pasa nada, nadie se va a levantar por esta anciana. Ni los chavales, ni los de la fila de enfrente, ni nadie de todo el vagón.
Es una anécdota sin más. Pero esta semana no puedo más.
El ser humano como ser social cada día me parece más miserable. En cuanto se crea un sistema organizado, aparece la corrupción, la degradación, el egoísmo...El de los asientos del metro parece una tontería. Pero es sintomático.

El lunes conocí otro ejemplo.
Me explicaron el funcionamiento de las Mutuas de accidentes.
Para el que no lo conozca, intentaré ser breve, cualquier trabajador que tenga un accidente laboral acudirá a un mutua a que esta entidad (privada) verifique si es o no un accidente real. Por norma le dirán que no lo es. Así se libran de pagar la baja laboral.
Para costear esta situación reciben una cantidad fija del sueldo de cada trabajador, exista accidente o no.
Esta cantidad es obligatoria, y la pagan los empresarios en porcentaje a cada nómina de cada trabajador.
En este caso, no hay aseguradoras públicas. Todas son mutuas "sin ánimo de lucro", y reciben dinero para asegurar las bajas de los trabajadores accidentados. Pero como ya he dicho, por norma (no oficial, claro) niegan la denominación de "accidente laboral" aunque si lo sea.
De este modo, el trabajador recibirá el dinero de su baja por parte de la seguridad social, y no de la mutua, solo al 60% de su nómina, y sin medicinas, que deberá pagarse él mismo.
Este tipo de situación se da porque, en caso de accidente, normalmente, aunque el trabajador tenga razón, la mutua sale ganando, porque menos del 50% de los trabajadores denuncian a la mutua por denegarles el pago de la baja.
Piensen en ello. Al final, las mutuas, solo pagan el 50% de las bajas que realmente deberían pagar. Y casi todas por decisión judicial. La gente normalmente no quiere ir a juicio porque temen perder y pagar las costas del mismo. Esto es otra trampa, porque aunque pierdan, es la seguridad social quien paga estas costas. Pero normalmente tienen razón y podrían ganar el juicio. Con lo que prácticamente "renuncian" al 40% de su baja sin saberlo, además de librar a las mutuas del pago del 100% de su baja.
El sistema de gestión de las bajas laborales en caso de accidente, por parte de las mutuas, es una cesión del sistema público de la seguridad social. Y lo peor, es que en el 50% de los casos, acaba siendo costeado por la propia seguridad social.
Por supuesto, la gente no tiene ni idea de esto.
Pero no se preocupen, el sistema público tampoco es el colmo de la bondad. Cuando un trabajador sufre una incapacidad permanente a causa de un accidente laboral, es la seguridad social quien decide si realmente tiene esa incapacidad. Y si, aquí también suelen dar un no por respuesta al accidentado. Por la misma razón que en el caso de las mutuas, los trabajadores no desean ir a juicio, y tan solo el 50% de los afectados reclama judicialmente. Es decir, la administración pública utiliza el mismo mecanismo que las entidades privadas para "ahorrarse" las bajas indefinidas de los trabajadores accidentados.
Conclusión.
Da igual que los gestores sean públicos o privados. En cuanto surge un sistema de gestión, aparece la perversión del mismo. Y todo a costa de los recursos de cada trabajador, es decir, de los que han creado (en teoría) el propio sistema, y los que lo mantienen.

Con ejemplos como éstos, que unos chavales no cedan el sitio a una anciana en el metro puede parecer una chorrada, pero me pone de mala leche igual...